El naranja y el camionero jugaron un verdadero partidazo y empataron 4 a 4. Tripletas de Pony Maldonado y Nicolás Lamas. Ambos equipos son escoltas de River y Almafuerte.
Villa La Ñata quería ganar para ser líder, pero enfrente tuvo a un aguerrido Barracas Central que le jugó de igual a igual. En el comienzo estuvo mejor el equipo local, ejerciendo presión en zona alta y provocando errores en el equipo rival. Así llegó el primer gol, recupero de Edu Maldonado y anotación de su hermano Pony, entrando por el segundo palo.
Barracas comenzó nervioso con los fallos arbitrales, para colmo Pony Maldonado marcó el segundo gol a los 7 minutos y el camionero se descontroló. Walter Pucheta vio la tarjeta roja por protestar y el equipo de Pepo Baiza aguantó con un hombre menos, la entrada de Daniel Scioli lo puso en partido y lo aprovechó.
Los dirigidos por Bicho Freire se relajaron con la ventaja de 2 y la visita reaccionó. Primero Nicolás Lamas definió con sutileza al primer palo de Lucas Argañaraz y luego Franco Antonelli apareció por el segundo palo para estampar el 2 a 2 parcial con el que se irían al descanso.
En la segunda mitad todo cambió, Barracas salió mejor parado y aprovechó los errores del equipo local, Lamas interceptó un pase de Edu a Argañaraz y definió con el arco solo para poner el 3 a 2. Luego fue el propio Lamas quien interceptó un pase de Sebastián Iribarne y mandó a la pelota a la red para poner el 4 a 2 y sellar su tripleta. Dos errrores infantiles de La Ñata que lo dejaron dos goles abajo en una ráfaga.
Al equipo de Baiza le costó mantener la ventaja. Edu Maldonado desequilibró a Coco Britos en el 1 vs 1 y remató bajo y rasante al primer palo de Matías Quevedo para descontar. A tres minutos del final, Pony Maldonado se barrió para rematar y estampar el 4 a 4 desde el punto del penal, firmar su hat-trick y estampar el 4 a 4 final.
En el epílogo ambos tuvieron chances claras de llevarse la victoria. Los dos arqueros fueron figuras y los palos tuvieron un protagonismo importante. El empate fue justo, ninguno mereció perder, los dos merecían ganar.
