Pinocho dejo en manos de Boca el campeonato del futsal argentino. El sábado por la noche empató 2-2 con Ferro, un resultado que no le alcanzaba para superarlo a Boca que igual, hizo lo suyo para ser campeón. Fue un encuentro en el que se le notaba a los de Villa Urquiza que el torneo estaba casi definido.
No había nada que hacer. Pinocho sabía que tenía que ganar pero que River le gane a Boca o que al menos le saque un empate, era un sueño difícil de concretar. Y eso se demostró en la mentalidad de la visita en los primeros minutos del encuentro.
Los de Villa Urquiza no dieron pie con bola y se los noto fuera de partido. Imprecisos y molestos eran los adjetivos que le cabían a los de Gazzo.
Al minuto dos Ferro abriría el marcador con un gol de Pablo Cigliano (el único de los hermanos en el partido) que recibió un pase por arriba y en una contra definió abajo de Elias. Sin embargo, Pinocho llegaría rápido al empate gracias a su capitán Sebastian Corazza que sacó un bombazo cruzado imposible para José Mandayo.
Para la segunda mitad quedaría poco, por lo menos del lado de la visita porque conociendo que Boca estaba a punto de salir campeón, decidió rotar sus jugadores y poner a los que usualmente no juegan la mayor cantidad de minutos. En los últimos veinte Pinocho mostraría dos caras e iría progresando con el correr de los minutos.
Los últimos seis fueron todos de la visita. La más clara, Fafasuli con un zurdazo que pegó en el travesaño.
No fue el día de Pinocho claramente. Pudo haber sido por lo que se esperaban o porque las esperanzas eran nulas, pero mostró otra cara totalmente diferente a la que se había visto en la cancha de Boca el domingo pasado. Un final difícil, al que no esta acostumbrado, pero que algún día iba a suceder. Ahora, afrontará el 2012 con la motivación de volver a recuperar el titulo.
Nicolás Antonelli
