PRIMERA A

«ESTO NO ES EL FOOTBALL MANAGER»

Ignacio Cavilgia, flamante refuerzo Pinocho, se sacó el cassette y habló de todo: su vuelta al conjunto de Villa Urquiza, los objetivos, el descenso de River y los motivos por los cuáles el «Millonario» no pudo regresar a la Primera A del Futsal AFA.

El Mercado de Pases comenzó a agitarse en diciembre y Pinocho fue uno de los clubes que más movimiento tuvo. El equipo que será dirigido por Santiago Elias incorporó hasta el momento a Ignacio Caviglia, Franco Lordi, Mateo García Berro y a Juan Manuel Montero. Por su parte sufrió las salidas, entre otros, de los históricos Alan Calo, Mauro Riente y Germán Corazza. A los 35 años, «Nacho» Caviglia tendrá su tercer ciclo en el «multicampeón» y nos contó sus sensaciones.

 

¿Por qué decidiste volver a Pinocho?

Decidí volver a Pinocho porque siempre que estuve me sentí muy bien y querido, conozco el club, la gente, los jugadores. Siempre me trataron de 10 y soy un agradecido de que me abran nuevamente las puertas.

 

Participaste del último título del club en 2015 ¿Qué crees que necesitan para volver a ser campeones?

Creo que hoy en día está más parejo el torneo, si bien Barracas se coronó tricampeón, es en base al trabajo, no hay equipos con grandes figuras. Por lo tanto hay que entrenar, esforzarse, comprometerse y construir una mentalidad fuerte, eso nos va a marcar para qué estamos.

 

Se fueron grandes figuras como Alan Calo, Mauro Riente y Germán Corazza ¿Cómo interpretas este cambio generacional?

Está claro que se va a sentir la ausencia, además de ser excelentes jugadores, le daban muchísimo al grupo como personas, Pinocho es lo que es gracias a ellos y toda esa generación. Ahora toca la responsabilidad de ir guiando a los más chicos para que sigan potenciando el club, sabiendo que las nuevas generaciones ya están surgiendo. Hay calidad, hay trabajo y hay una línea que se viene siguiendo, asique esperemos que la Primera se siga nutriendo de jóvenes talentos.

 

Hablame de River ¿Cómo viviste el descenso en 2019?

Lo viví mal, primero por la forma en que me fui y segundo porque veía lo que pasaba de afuera. Cuando yo digo “malas conducciones” me refiero a lo deportivo y creo que los números están a la vista ese año. Se decía de agarrar fuerte el timón, pero también hay que tener la capacidad de darse cuenta que el barco está a la deriva. Esto no es el Football Manager, que juego, salgo, entro. Hay que ser consciente que se está en un club enorme, con una de las historias más ricas en el deporte, un club donde pasaron los mejores jugadores. Cuando jugaba en Octava ya veía a Hernán Garcías dando sus primeros pasos, vi a Mariano Tallaferro, tuve la suerte de compartir plantel con Rodri Petillo y Mati Lucuix. Por eso pienso que la figura del coordinador deportivo o director deportivo va a tener mucha importancia en un futuro, alguien que sepa del deporte, de gestión de equipos, de vestuario y que pueda tener contacto casi a diario con jugadores y cuerpo técnico, para mi va a ser clave.

 

Te tocó volver en 2020 y no se pudo cumplir el objetivo de regresar a Primera…

Sí, tenía ganas de estar y no me arrepiento de esa decisión, el 2020 fue un año complicado, de mucha incertidumbre y carga emocional, nadie sabía que iba a pasar, se nos exigió mucho durante el encierro, con entrenamientos de doble turno, se jugó un torneo corto y nos fue mal, clasificamos de milagro y perdimos en Cuartos de Final en un partido parejo contra Nueva Chicago.

 

¿Qué balance hacés de la última temporada?

El 2021 ya fue distinto, si bien arrancamos el año y se frenó el torneo, después se jugó uno con otro formato, donde se llegó a la semifinal y estuvimos al borde del ascenso. Lamentablemente terminaron mal las cosas, escuché tantas veces la frase “si chocamos la maquina la chocamos todos”, que me pareció hasta raro el hecho de que quieran confundir y buscar culpables. A veces está el debate ese de si haber sido jugador te da más herramientas a la hora de dirigir y en mi opinión pienso que absolutamente no. Hay aspectos más importantes, como saber transmitir y aplicar el conocimiento, de persuadir, de gestionar emociones, capacidad de escucha, de lectura de partido y varios más, que nada tiene que ver con haber jugado 10,15 o 20 años en el alto rendimiento. La humildad es la base de todo, nunca se deja de aprender.

Foto: @alejfigueiredo

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