En un final ajustado, San Lorenzo venció 5 a 4 a Hebraica, en el segundo encuentro de Playoff, definió la serie y se clasificó a la Final. Ahora espera al ganador de la llave entre Boca y Racing. El Cuervo supo pegar en los momentos claves del partido y sostuvo la ventaja con templanza gracias a la solidez de Damián Stazzone y Gerardo Battistoni.
El primer partido fue sumamente de alta intensidad. Hebraica leyó bien el libreto y comenzó con mucha agresividad. En la primera llegada Mati Edelstein asistió a su hermano Gabriel y los locales comenzaban con ventaja e imponiendo condiciones. San Lorenzo, sin embargo, conocedor de este tipo de instancias no se achicó y en un abrir y cerrar de ojos empató tras una gran combinación entre Bolo Alemany, Gerardo Battistoni y finalmente Nico Lachaga que puso el empate.
El equipo de Luciano Antonelli trabajó muy bien los anticipos, tanto defensivos como ofensivos. Tomás Pescio, con un gran rodeo, le ganó el duelo individual a Ari Birencwaig y definió cruzado para poner en ventaja al Ciclón.
La tónica del partido continuó, en esa primera etapa, en la misma sintonía. Hebraica comenzó a sentir la ansiedad y eso motivó a que llegaran las desatenciones que contra equipos preparados por Facundo Ruscica puede ser fatal. Bolo aprovechó esa desconcentración y habilitó a Mariano Quintairos, una de las figuras de la noche, para que estire la ventaja visitante.
Para ponerle suspenso al final de la primera etapa, nuevamente la conexión entre los hermanos Edelstein fue eficaz y Gabriel definió, otra vez, para acercar a SHA en el marcador.
En la segunda parte Damián Stazzone, la otra gran figura de la noche, aprovechó un buen desmarque de Nico Lachaga que puso el cuarto gol para San Lorenzo que sacó a relucir todo el repertorio del Laboratorio de Ruscica.
El golpe se sintió en SHA que no lograba entrar en partido. Ambos cuartetos, los que suele usar Cabral, estaban fuera de sintonía. Nicolás Cachete Lamas tropezó dentro del área cuando pretendía salir con limpieza del fondo e Ignacio Salgués, con mucha astucia, puso el quinto para el Cuervo.
Quedaban más de diez minutos en los que San Lorenzo se replegó bien y cerró absolutamente todas las líneas de pase. SHA recién sobre el final pudo acercarse con goles de Ari Birencwaig y Leantro Ataídes pero el partido estaba practicamente consumado.
San Lorenzo fue un equipo práctico y pragmático. Supo cómo aprovechar los errores de un equipo nervioso que le costó asimilar el escenario. Brian Stecatto, silenciosamente, bajó la persiana en un momento clave del partido y mostró inteligencia para enfriarlo también.
¿Podrá esta vez el Ciclón repetir su titulo de 2018?
Mauro Avila
